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Colchones: ¿cual me compro?

Colchones: ¿cual me compro?

La oferta de colchones es amplia, y no siempre tenemos claro cuál nos conviene más. Te damos las claves para elegir tu colchón, una decisión que depende de factores como el peso, la postura, la temperatura... Una vez decidido, consulta el comparador, acierta ¡y ahorra!

Dormir en un buen colchón aumenta mucho la calidad de vida, pero la oferta es tan variada que cuesta decidirse. Los colchones pueden ser de muchos tipos, de distintos materiales (de espuma, muelles, látex...), con diferentes grados de firmeza. Además, los precios son muy dispares: entre los modelos más sencillos y los más sofisticados pueden mediar 1.000 euros. ¿Cuál es un buen colchón para mí? Con esta guía de compra de colchones queremos dar respuesta a tu pregunta.

LAS CLAVES DE LA ELECCIÓN

¿Cómo duermes?
Si duermes boca arriba, en posición supina, sobre la espalda, debes escoger colchones duros.
Si duerme de lado, te puede convenir un colchón de menor firmeza, que permita al hombro hundirse levemente, hasta encontrar una posición cómoda.

¿Cuánto pesas?
Si pesas bastante, necesitarás colchones firmes, que ofrezcan buena sujeción. En un colchón blando te hundirías en exceso.
Las personas más ligeras necesitan también colchones de mayor flexibilidad, que se adapten a su forma para repartir mejor el peso.

¿Te mueves mucho?
Si te mueves mucho mientras duermes te conviene un colchón algo más duro que te permita girarte sin esfuerso. En un colchón blando te hundirías demasiado, y te costaría girar, lo que resulta incómodo.

¿Pasas calor?
Si pasas calor, sudas con facilidad o vives en un lugar cálido, los colchones de muelles pueden convenirte más, pues se ventilan mejor y son más frescos.
Si eres friolero o vives en un lugar frío, los modelos de espuma, de látex o de material viscoelástico guardan más el calor.

Otras cuestiones
Si deseas una base articulada, necesitas un colchón flexible (de espuma, de látex o de muelles embolsados).
Si eres alérgico al polvo o asmático, se recomienda usar un colchón de espuma o de látex con una funda lavable (salvo, claro está, que seas alérgico al látex).

ANTES DE COMPRAR EL COLCHÓN...

Tómate algo de tiempo para probar el colchón en la tienda antes de comprarlo:
No basta con sentarse y palparlo, túmbate, prueba distuntas posturas... busca el colchón que mejor se adapte a tu gusto, a tus características y a tus necesidades.
Túmbate de espaldas y pasa una mano entre la zona lumbar y el colchón: si hay demasiada holgura el colchón puede ser demasiado rígido para tus características. Si la mano no pasa, el colchón es demasiado blando y el cuerpo se hunde en exceso.

Si duermen juntos en una cama doble dos personas con pesos y costumbres muy distintas, se puede optar por dos colchones unidos, cada uno adaptado a las condiciones del usuario. No obstante, un colchón de látex o uno de muelles embolsados mantendrán igualmente la independencia de movimientos.

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